8 de enero de 2010

Fleni

Hoy fui al medico, cuando salí tuve que acercarme hasta otro piso para pedir un turno para un nuevo estudio (nada grave) cuando subí al ascensor del sanatorio, subió una mujer de unos 38 años con su hijo (hermoso) de no más de 4 en una sillita, le sonreí al nene, siempre lo hago, y ahí pude ver que tenia sus manitas y piececitos entablillados, bajamos del asensor, “casualmente” en el mismo piso, les cedí mi lugar, la mujer altísima rubia de ojos interminablemente tristes, pregunto por un estudio a retirar que no encontraban en el lugar, tranquila sin ningún tipo de violencia le re-pregunto a la recepcionista en que otro sitio lo podía buscar, saco una carpeta negra, llena ,llenísima de estudios y recetas y cosas medicas señalando detalles que no vi…

Me quede cabizbaja, pensando en todas las veces que brutalmente e reclamado “mis estudios” ,que como no están?, que la culpa es de ustedes!!, y no sé cuanta sarta de barbaridades …Me sentí apenada por esa mujer que lucha por su hijito, desde su calma, desde su dolor… Me sentí torpe, bruta, poco humana, pero sobre todas las cosas lo que sentí, es que a diferencia de muchos a mi la ciudad no me ha endurecido, mi corazón se sensibiliza aún y mucho más que hace unos años, donde la vida me pasaba a tiros y lo importante no radicaba en las pequeñas cosas, me fui llorisqueando, pensé en mi mamá que gracias a dios no tuvo que sufrir ninguna enfermedad intensa tanto de Nacho como mía, me puse feliz, pensé en Sabrina embaraza, y pensé en esa mujer con esos ojos y esa fuerza que sin decir nada, más que “que tengas un buen día” me lleno el alma y me dio una lección.

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